Estábamos caminando, los cinco hablando de cosas a las cuales no las unía ningún hilo conductor de temas, dispersos. hasta que paso eso que a veces pasa. chocamos con una realidad descarada, cruel y sumamente enferma. leemos en la peluquería de la esquina que tenemos en frente un hermosisisisimo cartel que dice en letras bieen bien grandes “ beauty makes the difference” y un poco mas abajo la traduccion ( porque son gente muy considerada y no quieren que te sientas mal por no poder comprender) “ la belleza hace la diferencia”. no tuvimos que pensarlo mucho. malala ya estaba cruzando y yo atrás. entramos y ya no recuerdo el dialogo exacto q tuvimos con la primer persona q vimos ahí adentro, solo frases o palabras sueltas como: es un chiste no?- sociedad- superficial- etc. etc.
lo que si recuerdo clarito clarito es la cara del muchacho. los ojos con 1/4 del delineador encima se transformaron en dos platos, reeedoooooondos redondos. y lo único que pudo decir fue.. hablen con la dueña.. y si, tenia razón.. el no era quien nos debía escuchar , pero nosotras no nos podíamos callar. a la dueña la dejamos en veremos, para la próxima vez q pasemos y leamos ese mensaje aberrante ( y un poquitito cierto en algunos aspectos , justamente por eso no hay q acostumbrarse a leerlo ).
nos fuimos , discutiendo de que servía lo que acabábamos de hacer. y la respuesta fue una: me siento bien así. no nos callamos, no aceptamos, no bajamos la cabeza y sobretodo jugamos un rato a sacar a la luz ese gajito interno de violencia Rivas